Querido THOR, se te ve el plumero.

Lo de THOR siempre me ha parecido un poquitín sospechoso y ya llevo un tiempo analizándolo y buscando evidencias que refrenden mi teoría. Se nos ha vendido la figura del dios del trueno vikingo como un hombre poderoso, rudo y machote, disfrutando del clamor de la batalla, bebiendo cuantiosas jarras de hidromiel y seduciendo a voluptuosas valkirias.

Pues a mi no me engañan.

Vayamos por partes y observemos su indumentaria.

Lo primero que destaca son esas alitas que me lleva en el casco, ignoro si de gavilán o de paloma.


Pasaré por alto el hecho de que vista con faldita porque también los escoceses la llevan, pero esos brazacos como columnas embutidos en una cota de malla que casi parece fabricada a partir de los espejos de una bola de discoteca y el que esté todo el día agarrando el mango de su martillo...

También habríamos de fijarnos en la reveladora portada del LP que sacó hace unos años, digna de una película de Almodóvar.

(¡Maaaremía, que THORterada! º_º)

O en su, hasta ahora, desconocido vegetarianismo.

(THOR comiendo nab... errr... verde)

Vale, que si, que soy un exagerado. Cierto es que estas pruebas no son totalmente concluyentes, tal vez sea una conjetura mía y me equivoque pero pa' mi que cualquier día de estos va THOR y nos hace un Ricky Martin.

Tal que así...

(El dios del trueno, el relámpago, la centella y la lucecita en el día del THORgullo gay)