Jaimito ataca de nuevo.

La profesora llega un día a clase y ve pintado un pene en la pizarra. Sin decir ni pío, lo borra y empieza a dar la lección como si nada hubiera pasado pero al día siguiente se encuentra dibujada una minga más grande. Esto ocurre varios días seguidos y cada vez el miembro tiene mayor tamaño hasta que llega el día en que se encuentra una polla enorme ocupando toda la pizarra y necesita casi diez minutos para borrarla del todo, así que, ya cansada de darle al borrador, pregunta algo enfadada a los niños:

- ¡Pero, vamos a ver, qué obsesión que tenéis, ¿porqué narices esta pichina es más grande cada día?!

A lo que Jaimito responde:

- Señorita, es que la pichina cuanto más se frota más crece.

- ¡¿Ya estamos otra vez, Jaimito?¡ ¡Debería darte vergüenza ser tan pillo! Tendrías que rezar más y pensar menos en cochinadas.

- ¿Rezar, señorita?

- Si, rezar, ¿tú no rezas todos los días antes de comer?

- No, mi madre es buena cocinera.

- Jaimito, ¿sabes lo que le paso a Lucía?

- No, señorita, ¿qué le paso?

- Se cayó de la terraza del edificio.

- Uh... ¿Y ahora dónde está?

- En el cielo.

- ¡Jopé! ¡Eso si que es rebotar!

(Jaimito y su perra Angustias)

- A ver Jaimito, ¿qué era tu papá? - pregunta la maestra.

- Cura, señorita María.

- ¿Y qué era tu mamá?

- Monja, señorita.

- Ahhh, entiendo, entonces tus padres estaban dedicados a la vida religiosa y colgaron los hábitos.

- No, señorita, sólo se los subieron un poquito.

- Jaimito, responde a esta pregunta: ¿si tengo cinco pájaros sobre una rama y le pego una pedrada a uno de ellos, cuántos me quedan?

- Ninguno, señorita, porque los demás se van volando del susto.

- Esta mal, Jaimito, pero me gusta tu forma de pensar.

- Ahora yo le voy a hacer una pregunta a usted – dice Jaimito ante la sorpresa de su profesora - Si ve a dos mujeres comiendo un helado y una de ellas lo esta chupando y la otra lo esta mordiendo, ¿Cuál de ellas es la que esta casada?

Después de pensarlo un poco, dice la maestra un poco confundida:

- Supongo... que la que lo está chupando...

- No, señorita, es la que lleva anillo, pero me gusta su forma de pensar.

- ¡Jaimito, compórtate! – grita enfadada la maestra.

- No me riña señorita María, yo la amo.

La profesora, sorprendida por la inesperada declaración del chiquillo, enrojece y le contesta cariñosa:

- Jaimito, lo siento pero no me gustan los niños pequeños.

- No se preocupe, tomaremos precauciones.

(Jaimito y las angustias de su perra)

En el colegio, la maestra les pregunta a los niños qué quieren ser cuando sean grandes. Luis le contesta:

- Yo quiero ser arquitecto, y si me va mal, pues dibujante.

- Muy bien ¿y tú, Carlota?

- Yo quiero ser gimnasta, y si me va mal, profesora de gimnasia.

- Bien pensado. ¿Y tú, Jaimito?

- Yo quiero mujeres y champagne.

La maestra se queda pensativa unos segundos y le pregunta:

- ¿Y si te va mal?

- Pues paja y coca-cola.

En la clase de moral y buenas costumbres, la profesora pregunta a los alumnos:

- Miguel, si estuvieras cortejando a una joven de buena familia, muy bien educada, y durante una cena, los dos solos, tuvieras necesidad de ir al baño ¿Que le dirías?

- Espérame un segundo que voy a mear.

- Mal, Miguel. Eso sería muy grosero y de mala educación de tu parte. Juan, ¿cómo lo dirías tú?

- Discúlpame, tengo que ir al servicio, vuelvo en seguida.

- Bueno, es cierto que está mejor, pero resulta desagradable mencionar el servicio cuando se está almorzando. Y tú, Jaimito, ¿serías capaz, al menos por una vez en la vida, de utilizar tu inteligencia para demostrar cortesía?

Jaimito piensa apenas un instante y responde:

- Yo le diría: "Querida, ruego me disculpes por ausentarme un momento, voy a darle un apretón de manos a un amigo íntimo que espero poder presentarte después de la cena"