La mía, momentáneamente, se ha apagado. Generalmente no uso el blog como un escaparate donde contar mi vida, simplemente intento regalaros un poquito de alegría para sobrellevar esos días difíciles que a todos se nos presentan de vez en cuando. Pero hoy es distinto. Hoy es uno de esos días difíciles para mi y me cuesta reír. Mi padre nos ha dejado tras una dura lucha contra el cáncer. Sé que él no querría verme triste pero es algo inevitable, hasta los que llevamos siempre la risa por bandera tenemos nuestros momentos de nostalgia y hoy me veo tratando de aferrame al más pequeño recuerdo que atesoro sobre mi padre para evitar dejarlo ir del todo. El tiempo, que todo lo cura, será quien dicte cuándo acaba la pena y vuelve la sonrisa a mi cara.
Permitidme pediros un favor, sé que en estas circunstancias lo normal es dar el pésame y desear lo mejor y os aseguro que os lo agradeceré inmensamente si así lo hacéis pero no quiero olvidar que este es un blog de humor y esa es su única razón de ser así que, aunque os pueda parecer una petición extraña, me gustaría que, quien quiera, en su comentario a esta entrada ponga un chiste que siempre le haya gustado, así cuando yo lea ese comentario también podré reírme un poco. Os doy las gracias de antemano y os dejo por aquí el chiste favorito de mi padre. Podía oírlo mil veces y siempre le hacía reír (y mira que es malo el condenao del chiste XD):
Esto son dos gitanos ladrones que han robado en un huerto cargando sus respectivas furgonetas hasta los topes de mercancía pero una pareja de la guardia civil que los había visto logra interceptarlos al poco de salir del campo. Uno de los agentes hace parar a la primera furgoneta en llegar a donde se encontraba y el gitano baja del vehículo para ser interrogado.
- Buenas noches tenga usted - dice el policía - Si no le importa, ¿me podría decir qué cargamento lleva en la furgoneta?.
- Ná de ná, payo, qué voy a llevá yo en la fragoneta?, pues lo que viene siendo ná - miente el primer gitano.
- ¿Así que no lleva nada, eh? - pregunta el agente mientras abre la puerta del vehículo encontrando un enorme y rebosante saco en su interior.
- ¡A la policía no se le miente! - grita el guardia civil al gitano - ¡Como castigo, se va a meter todo lo que contiene el saco por el culo! .
El gitano viéndose descubierto obedece sin rechistar, abre el saco y empieza a meterse por el ojete, una a una, las olivas que había robado sin parar de reír en momento alguno, algo que molesta y extraña al agente.
- ¿Se puede saber qué le hace tanta gracia? - pregunta el policía al gitano.
- Jajaja... es que mi primo que viene detrás... lleva melones.