(El Gran Hermano vigila)
Ayer uno de los estudiantes estos que me tienen secuestrao se fue a comprar unas deportivas. Quería algo cómodo para ir descansado por la vida y eso le pareció cuando las compró. Pura comodidad. Y todo emocionao vino a casa a enseñárnoslas. Claro que, de repente, sin pedir permiso ni nada, las deportivas empezaron ellas solitas, a replegarse sobre si mismas y a contorsionarse
como una gimnasta soviética teniendo un orgasmo mientras hace un ejercicio de anillas, hasta convertirse en un robot en miniatura.
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Cosssssa más extraña, oye.
Yo me quedé absorto mirando el fenómeno que se acababa de producir ante mis ojos y el curioso robotejo, aprovechando el desconcierto general, se puso a soltar no se qué peroratas sobre los
Autobots y los
Decepticons que me dejaron flipando. Más todavía.
![](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_tQyF37jIcbpo0raQiiUqa3TEi-HNlCbo-g2Hgk7CzjfLYrRuxE_lcWd9dejDDOMpZkll7Z601Uukfp97SZ7bVBIoJWGUfVivYL7uVXRGvK0eAYoC7I37WyF3U2MgWC9ij3tny1cWuoJoG5iZtv=s0-d)
Lo cierto es que el estudiante hizo una excelente compra. El robot barre, friega, tiende la colada y le salen unos macarrones con tomate riquísimos.
Otro al que secuestran.
(Las tengo baratas oigaaaa... Zapatillas a buen precio señoraaa...)
Lo que no inventen los japoneses...